En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad.
El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho”.
REFLEXIÓN
"El Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho".
"El Espíritu Santo es como un viento que sopla donde quiere: se oye su sonido, pero no se puede saber de dónde viene ni adónde va". Aleluya (aplicación Universalis)
"Envía tu espíritu y comenzará una nueva vida; renovarás la faz de la tierra".
Aleluya (Salmo 103)
En Hebreos 5:7, Jesús "gime en el Espíritu". En Romanos 8:26, San Pablo afirma: "El Espíritu intercede por nosotros con gemidos indescriptibles". Y Dios le dijo al profeta Joel: "Derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad". (Hechos 2: 17)
El Espíritu Santo empodera a los hombres para tener una nueva vida en Dios. El bautismo en el Espíritu Santo permite que el Espíritu Santo llene completamente nuestras mentes y corazones con el amor de Dios y eventualmente a la santidad. Somos guiados por el Espíritu Santo para hacer la voluntad de Dios y luego permitimos que el Espíritu Santo tenga el control de nuestros pensamientos, palabras y acciones. (1)
En 1 Corintios 3:16, San Pablo afirma: "¿No sabéis que sois templo de Dios... que el Espíritu de Dios mora en vosotros?"
Que el Espíritu Santo haga crecer vida en nosotros para cultivar y hacer fecundos sus dones. (2)
Que recibamos los siete dones del Espíritu Santo: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Paciencia, Conocimiento y Temor. Que nosotros, a su vez, recibamos los doce Frutos del Espíritu Santo: Bondad, Generosidad, Alegría, Caridad, Autocontrol, Bondad, Castidad, Paz, Paciencia, Mansedumbre, Fe y Modestia. (1)
Diariamente debemos agradecer al Espíritu Santo que habita en nosotros.
Dios te bendiga.
Fuentes:
(1) Hampsch, John H., Receiving the Gift of the Holy Spirit, pp 21-26.
(2) Ruotolo, Don Dolindo, Come, Holy Spirit, p xii.
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