Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.
Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Aspiren a los dones de Dios más excelentes.
REFLEXIÓN
"Aspiren a los dones de Dios más excelentes".
San Pablo nos insta a usar nuestros dones y gracias para contarles a otros acerca de Jesús. Cada uno según su propia capacidad.
Haciendo esto encontraremos otras gracias del Espíritu Santo que estarán con nosotros. No podemos hacerlo nosotros solos, el Espíritu Santo tiene que guiarnos.
Obtendremos mas habilidades mientras hacemos esto que nunca supimos que teníamos antes. Eso es lo que San Pablo nos insta a hacer.
Cuéntales a otros acerca de Jesús y estarás cumpliendo Su obra.
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