Querido hermano: Que nadie te desprecie por tu juventud. Procura ser un modelo para los fieles en tu modo de hablar y en tu conducta, en el amor, en la fe y en la castidad. Mientras llego, preocúpate de leer públicamente la palabra de Dios, de exhortar a los hermanos y de enseñarlos.
No descuides el don que posees. Recuerda que se te confirió cuando, a instancias del Espíritu, los presbíteros te impusieron las manos. Pon interés en todas estas cosas y dedícate a ellas, de modo que todos vean tu progreso. Cuida de tu conducta y de tu enseñanza y sé perseverante, pues obrando así, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.
REFLEXIÓN:
"Que nadie te desprecie por tu juventud. Procura ser un modelo para los fieles en tu modo de hablar y en tu conducta, en el amor, en la fe y en la castidad"
Esta primera carta de San Pablo a Timoteo es pastoral. ¿Te imaginas el consuelo que pudo haber sentido este "joven sacerdote" cuando recibió una carta de San Pablo?
¿Alguna vez has tenido un sacerdote "recién ordenado" en tu parroquia?
Hace unos años, teníamos un seminarista. Lo vimos ser ordenado en el diácono de transición y, finalmente, en el sacerdocio.
Escuchamos sus sermones desde que era diácono, y finalmente escuchó nuestras confesiones una vez que fue ordenado sacerdote.
En nuestra inmadurez, lo llamamos "Padre Diácono". Y para agravar las cosas, es mucho más joven que nosotros, al menos, que yo. Así que ir a confesarme con alguien que podría haber sido casi mi hijo se sintió de alguna manera extraño.
Sin embargo, prácticamente desde la formación de PAPA, hemos orado por este joven. A lo largo de su viaje hacia sus votos como sacerdote, y ahora más allá de ellos.
Lo hemos visto cambiar de un chico tímido e incómodo, que tartamudeaba durante los sermones, o en grandes reuniones, a un sacerdote joven que puede ofrecer poderosas homilías y un buen consejo durante la confesión o la dirección espiritual.
San Timoteo, el joven compañero de San Pablo y Silas, finalmente se convirtió en un buen y santo Obispo. La tradición dice que murió mártir por predicar el Evangelio.
Seamos respetuosos con todos los sacerdotes jóvenes, y recemos por ellos la Oración de PAPA por los sacerdotes, para que también puedan ser un "ejemplo para los que creen, en el habla, la conducta, el amor, la fe y la pureza". (1 Tim 4:12)
Comments