En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.
REFLEXIÓN
"Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena".
Ha habido casos en los que la enseñanza católica de la Verdadera Presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía ha sido heréticamente desdibujada por enseñanzas, insinuaciones y miedo a ofender. Los laicos y, muy lamentablemente, los religiosos y los sacerdotes no han creído o han perdido la audacia de predicar la Verdad. O tal vez con tanta prisa por unificarse con otras religiones, que han dejado atrás la Verdad. Y al hacerlo, han perdido la piedad y la reverencia que Dios merece y exige en Su adoración.
En este tiempo entre la Resurrección del Señor y Su Ascensión, hubo muchas enseñanzas y misterios revelados directamente por Jesús a Sus apóstoles. Jesús ya había soplado el fuego del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Sin embargo, todavía eran tímidos, temerosos de hablar y confrontar a quienes no estaban de acuerdo con ellos. Eran todavía lentos y temblorosos, pero fueron iluminados y abiertos a la Palabra.
En efecto, Jesucristo había sufrido y muerto, resucitado y era el Cuerpo Resucitado. La Verdad fue clara para ellos y se llenaron de gran alegría.
Y una vez que llegara Pentecostés, estarían envalentonados, sin miedo, sin duda, sin retroceder.
PAPA nació por la necesidad de tener sacerdotes encendidos por Jesús y Su Iglesia, el Cuerpo y Esposa de Cristo y para llevar almas al cielo. Sólo el sacerdote, en la persona de Cristo, Cabeza, en la Iglesia, puede cambiar el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Él es la imagen viva y transparente de Cristo.
Porque son humanos y pueden ser afectados por el mundo, la carne y el demonio, oramos diariamente por ellos. Todo esto por obra del Espíritu Santo. Reza la Oración por el Sacerdote.
Te alabaré, Señor, entre las naciones; Diré tu nombre a mi familia.
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