En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
REFLEXIÓN
"Por sus frutos los conocerán".
Todos los sábados acompañaba a mi mamá e íbamos al Mercado. Allí comprábamos frutas, verduras, carne y nos deleitábamos con leche de cabra caramelizada.
Recuerdo cómo examinaba la fruta y veía si estaba magullada, marrón o blanda. Una fruta mala contaminaría las otras frutas.
Lo mismo es cierto en nuestra vida. Todos los días vamos al mercado, ya sea en la Iglesia, el trabajo, la familia, el trabajo voluntario o incluso un refugio silencioso con Dios leyendo libros de meditación.
Buscamos a aquellos que serán una ayuda e influencia en el viaje de nuestra vida: ¿las personas con las que me asocio traen caridad, alegría, felicidad, paz, paciencia, amabilidad, bondad, perseverancia, apacibilidad, fe, modestia, fe, modestia y castidad?
¿La gente ve estos frutos para "recogerlos" cuando están cerca de mí?
Estos son los frutos del Espíritu Santo.
Caridad
Alegría
Paciencia
Amabilidad
Bondad
Perserverancia
Suavidad
Fe
Modestia
Fe
Controlar los apetitos sexuales
La castidad o la entrega de uno mismo a Dios y en el matrimonio para ser fiel.
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