top of page

MIÉRCOLES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, 20 DE JULIO DE 2022



Lectura del Santo Evangelio según Mt 13:1-9


Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:


"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".


REFLEXIÓN

"Salió un sembrador a sembrar".


"Oorah" gritan los marines.


"Recuerden el Álamo", gritaron las tropas del general Sam Houston mientras derrotaban y capturaban a Santa Anna en la Batalla de San Jacinto.


"El grito rebelde" era un feo grito de banshee destinado a intimidar al enemigo.


“A Dios clamaron en la batalla. Él escuchó su oración, porque en Él confiaron”. (1 Crónicas 5:20)


Se puede escuchar a los guerreros de oración de todo el mundo clamando a Dios mientras plantan sus semillas. ¿Qué tienen que ver los gritos de guerra y la siembra de semillas? Cuando sembramos semillas de fe, estamos en una batalla por las almas. Puede que no enfrentemos a una persona con gritos de banshee o fuertes "oorahs", pero plantamos semillas, sabiendo que estamos en batalla.


Todos hemos visto las flores, las malas hierbas, la hierba que crece en medio de las aceras, en las cimas de las colinas y en lugares que te hacen preguntarte: "¿Cómo sucedió eso?"


Sembramos la Palabra de Dios, sin saber hasta dónde cae la semilla en el alma del que está en busca de Dios, del incrédulo que piensa que no tiene necesidades ni deseos de Dios o del que quiere vivir una vida mejor y encontrar una nueva alegría pero no sabe cómo.


Nuestra batalla la encabeza el Espíritu Santo. Es tierno y persuasivo. Deja que Él te llene con Su espíritu y deja que Él dirija la carga mientras salimos y hacemos discípulos de todas las naciones al sembrar semillas de amor.


Dios te bendiga



Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Fundación PAPA

Sacerdote Pare Siempre Apostolado de Oración

bottom of page