En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se
tenían por justos y despreciaban a los demás:
“Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido’’.
REFLECTION
"Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador."
¿A quién se dirige Jesús en esta parábola? Dice en la primera línea del Evangelio que se está dirigiendo a “aquellos que estaban convencidos de su propia justicia y despreciaban a todos los demás”.
He estado orando y meditando usando las Meditaciones de Cuaresma “40 Actos de Arrepentimiento con Sacerdotes” del Padre Michael. Está en nuestro sitio web de PAPA si desea ver de qué se tratan. Estas meditaciones diarias me han llevado en una peregrinación personal por el desierto con Jesús. Cada día aprendo cómo Jesús ayunó y oró durante Sus 40 días en el desierto. Esta es realmente una peregrinación increíble.
¿Qué tienen que ver estas Meditaciones con esta Lectura del Evangelio?
Mientras leo esta parábola, me cuestiono a mí mismo y me pregunto: "¿Quién soy yo, el fariseo o el recaudador de impuestos?" Me gustaría pensar que soy como el recaudador de impuestos ya que Jesús dice: “Os digo que éste se fue a su casa justificado, y no aquél; porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”
Los “40 Actos de Penitencia con Sacerdotes” me están ayudando a ver quién soy realmente con Jesús a mi lado. No siempre es fácil ver esta realidad. Puede ser difícil ser honesto con uno mismo, sin embargo, estas meditaciones brindan oraciones prácticas y ejercicios espirituales que permiten que Jesús sea una parte más grande de lo que soy.
Permítanme dar un ejemplo de los “40 Actos de Penitencia con Sacerdotes”. En el Día 1, el tema es "Recordar". “Acuérdate, polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3:19). En esta Meditación, el Padre Michael escribe: “Siempre que te sientas farisaico o más santo que alguien o pienses que eres superior a alguien, simplemente mira debajo de tus pies. Allí encontrarás lo que verdaderamente eres: polvo. Eso, una vez fuiste antes de venir a esta vida y eso, pronto te convertirás cuando alguien te entierre seis pies bajo tierra. “Al polvo volverás”. Recuerdalo."
El padre Michael también escribe: “El orgullo es una mentira horrible. Sobre todo es una mentira a ti mismo. Te mientes a ti mismo que eres el dueño y dueño de tu vida, pero no lo eres. Recuerda, “al polvo volverás”. Regresa al polvo, lo harás. Pero puedes hacer algo mejor. ¿Por qué no regresas a Dios con Jesús?”
Jesús vino a exponer la mentira del pecado y estas Meditaciones son una herramienta para ayudarnos a acercarnos a Jesús.
Al final de cada meditación, oramos también para que los sacerdotes sean ayudados en sus luchas, ya que todos tenemos luchas y todos somos pecadores.
コメント