Hermanos míos: Que no se pongan tantos de ustedes a enseñar como maestros, pues a los que enseñamos se nos juzgará con mayor severidad.
Todos fallamos en muchas cosas y quien no falla al hablar es hombre perfecto, capaz de dominar todo su cuerpo. Piensen que a los caballos les ponemos el freno en el hocico para hacerlos obedecer y para dirigir, así, todo su cuerpo. Fíjense también en los barcos: son muy grandes, los empujan vientos muy fuertes, y sin embargo, el piloto los dirige a su arbitrio, por medio de un pequeñísimo timón. Pues lo mismo pasa con la lengua: es un órgano muy pequeño y se cree capaz de grandes cosas.
Bien saben ustedes además, que un fuego insignificante incendia todo un bosque. Pues la lengua es un fuego y encierra en sí todo un mundo de maldad. Es uno de nuestros órganos, y sin embargo, contamina al cuerpo entero; prendida por el infierno, incendia todo el curso de nuestra existencia.
Por otra parte, toda clase de fieras y aves, de reptiles y animales marinos se pueden domar y han sido domados por el hombre;pero ningún hombre ha podido domar la lengua, que es una constante amenaza, cargada de veneno mortal. Con la lengua bendecimos al que es nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, creados a imagen de Dios. De la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, esto no debe ser así.
REFLECTION
"Ningún hombre ha podido domar la lengua"
La lengua ayuda a saborear, masticar, tragar y hablar. Está formado por muchos músculos. Las anomalías del cuerpo pueden aparecer primero con anomalías de la lengua. La lengua nunca se cansa tanto de comer como de hablar. Puede hacer mucho, es flexible. Se puede doblar, torcer, chupar, ahuecar y silbar.
Puede hacer el bien, pero también permite que suceda una gran cantidad de cosas malas. Cuando funciona con el cerebro y el corazón y sus emociones, puede ser algo horrible de tener. St James dice que puede usarse para la malicia, la profanación y es indomable. Chismes, murmuraciones, maldiciones, gritos encuentran su camino después de usar la misma lengua para alabar y adorar a los ángeles. Es el pecado que es tan rápido de ver y oír.
En la Transfiguración, Dios nos muestra lo que Él puede hacer por nosotros cuando se le permite acercarnos a Su Divinidad. Él puede domar nuestras lenguas.
Dios puede recrear. Él puede entrenar nuestra lengua y cambiar nuestros pensamientos. Cuando la crítica y la amargura comiencen a brotar, deténgase y pídale ayuda a Dios.
La lectura de la Biblia, el estudio de Su Palabra, la Misa diaria, la Comunión diaria, la hora de Adoración diaria pueden ayudar a domesticar los pensamientos y convertirlos en palabras de alabanza, amor, paciencia y bondad.
Pensamiento del día:
Pedir a Dios las gracias necesarias para tener hermosos pensamientos y palabras es una petición diaria.
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