El 1 de mayo, los regímenes comunistas desfilan con sus armas de destrucción por las calles de las principales ciudades cautivas bajo la opresión marxista. Esto se llama Primero de Mayo y Día Internacional de los Trabajadores.

La ideología marxista proclama que el paraíso de los trabajadores puede lograrse mediante una ideología falsa que promete que un nuevo hombre y una nueva sociedad podrían surgir sin la necesidad de un Salvador. Por eso, la Iglesia Católica hace hincapié en la Fiesta de San José Obrero.

Esta fiesta fue iniciada en 1955 por el Papa Pío XII.

El Papa Pío quería elevar la dignidad del trabajo más allá de las ideas seculares del mismo.

Al conectar esta celebración con San José, quien tradicionalmente ha sido un ejemplo y patrón de los trabajadores, el Papa Pío llamó la atención sobre el hecho de que el trabajo no se trata simplemente del mundo material; tiene una dimensión espiritual.

Esta fiesta también expone falsas ideologías y proclama que la dignidad de todo trabajo humano está enraizada en la dignidad del trabajador, que es creado a imagen de Dios.