top of page

Novena de Navidad ~ MEDITACIÓN 2 /Diciembre 17

El amor de Dios nace como un niño

El Hijo de Dios, al hacerse humano por nosotros, podría haber aparecido en el mundo a la edad de un hombre adulto, de la misma manera en que apareció Adán cuando fue creado. Pero como los niños suelen atraer más amor hacia sí mismos de quienes los cuidan, Jesús eligió aparecer en la tierra como un niño; y como el niño más pobre y miserable jamás nacido.

San Pedro Crisólogo escribió: “Nuestro Dios eligió nacer así porque quería ser amado”. El profeta Isaías ya había predicho que el Hijo de Dios nacería como un niño y se entregaría por completo a nosotros por el amor que nos tenía: Un niño nos nace, un hijo nos es dado (Isaías 9: 6a).

Oh Jesús mío, Dios todopoderoso y verdadero, ¿qué más podría haberte atraído a venir del cielo y nacer en una cueva, sino tu amor por nosotros?

¿Qué te convenció de dejar el regazo de tu Padre y recostarte en un pesebre?

¿Qué te hizo bajar de tu trono sobre las estrellas para estirarte sobre un pequeño montón de paja?

¿Qué, de en medio de los nueve coros de ángeles, te ha colocado entre estas ovejas y estos bueyes?

Enciendes a los serafines con fuego sagrado, pero mira, ¡tiemblas de frío en este establo! Le das al sol, las estrellas y los planetas sus trayectorias de movimiento, ¡pero ahora no puedes moverte en absoluto sin que alguien te lleve en los brazos!


Tu proporcionas alimento a todas las criaturas y, sin embargo, ahora dependes de un poco de leche para mantener tu vida. Eres el deleite del cielo y, sin embargo, ¿cómo es que ahora te oigo gemir y llorar? Dime, ¿quién te ha reducido a tan humildad? “¿Quién ha hecho esto? El amor lo ha hecho ”, dice San Bernardo. Sí, el amor que nos tienes lo ha hecho.


Afectos y oraciones

Oh querido infante, dime qué viniste a hacer a la tierra. Dime a quién buscas. Ah, sí, ahora comprendo ... has venido a morir por mí, oveja descarriada, para que no pueda esconderme más de ti, sino amarte. Oh Jesús, tesoro mío, vida mía, amor mío, todo mío, si no te amo, ¿a quién amaré? ¿Dónde puedo encontrar una madre o un padre, un amigo o un cónyuge más cariñoso que tú? ¿Y quién me ha amado más que tú? Lamento haber vivido tantos años en este mundo y aún así amarte tan poco, incluso habiéndote ofendido y, a veces, olvidado.

Perdóname, oh mi amado Redentor, porque lamento haberte tratado tan mal alguna vez. Lo siento de todo corazón. Perdóname y dame tu gracia para que nunca más me separe de ti, y para amarte constantemente por el resto de mi vida. Oh mi amor, me entrego a ti por completo. Acéptame, Señor, y no me rechaces, aunque lo merezca.

Oh María, eres mi abogada. Siempre obtienes lo que le pides a tu hijo. Pídale que me perdone y que me ayude a perseverar hasta la muerte.


bottom of page