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40 ACTOS DE ARREPENTIMIENTO CON SACERDOTES - DÍA 21


INTRODUCCIÓN

La Cuaresma está aquí. Comienza con nuestro Señor Jesucristo sometiéndose bajo el llamado profético al arrepentimiento de su primo Juan el Bautista, y dejándose sumergir en las aguas del río Jordán para el bautismo ritual, compromiso de conversión y entrega de su vida. a Dios.

Vemos abrirse los cielos, descender sobre él el Espíritu Santo en forma de paloma; y oímos la dulce voz de Dios, el Padre, que declara: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).

Dios Padre ama a Jesús y declara a toda la creación su amor por su Hijo unigénito. Al hacerlo, Dios el Padre también declara Su amor por ti. Dios te ama y te ama primero; por eso te envió a Jesús. Así que “nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).

El amor es el motivo y la motivación de todo lo que Jesús hace por nosotros. Él ama a Dios, el Padre, y por eso entra en este mundo para vivir, sufrir y morir por nosotros. Él nos revela no sólo a través de sus historias y ejemplos, sino también a través de su vida y muerte, el amor de Dios Padre reservado para nosotros desde toda la eternidad.

El primer acto de amor que Jesús quiere mostrarnos es el ayuno. Entra en el desierto con el Espíritu Santo durante cuarenta días y cuarenta noches para enfrentarse a sus propias debilidades humanas y al Diablo. Soporta el hambre y la sed, la vida solitaria en el desierto aullador y los asaltos del Diablo. ayuna, ora y confía en la Palabra de su Padre. Esto es para mostrarnos cómo arrepentirnos y dar a Dios lo que le pertenece.

Siguiendo los pasos de Jesús estamos llamados a embarcarnos en esta peregrinación de cuarenta días de Cuaresma. Con Jesús escuchamos la voz amorosa de Dios Padre; hacemos penitencia y nos negamos a nosotros mismos. Las siguientes meditaciones son 40 actos directos de arrepentimiento para ayudarte a mirar hacia atrás y reexaminar tu propia vida con Jesús.

Tomemos esta peregrinación de arrepentimiento para orar por nuestra Iglesia Católica, especialmente por nuestros sacerdotes.

Oh María, Reina de los Apóstoles: Camina con nosotros en esta peregrinación.

Oremos.

Concédenos, oh Señor, comenzar nuestra guerra cristiana con santos ayunos; que cuando estamos a punto de luchar contra los espíritus del mal, seamos defendidos con la ayuda de la abnegación y la mirada protectora de nuestra Santísima Virgen Madre María. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

DÍA 21

Expone

Al principio, cuando Dios Padre planta el Jardín del Edén (עדן o Edén en hebreo significa delicia o placer o lujo), la serpiente se mueve libremente. Era “el más astuto (o sutil) de todos los animales” (Génesis 3:1) y el único que estaba hablando y razonando con la inocente Eva. Ahora en el desierto el Diablo habla y razona con el Señor.

Reflexionando sobre la palabra hebrea “עָר֔וּם – arum” o en español “astuto o sutil”, le revela la naturaleza del Diablo. “עָר֔וּם – arum” en hebreo significa “desnudo”. Literalmente, recita, “la serpiente es la más desnuda” de todos los animales.

Ahora, después de que Eva y Adán comieran los frutos prohibidos del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, se les abrieron los ojos y se dieron cuenta de que “estaban עָר֔וּם o desnudos”. ¡Se vuelven tan desnudos o astutos o sutiles como la serpiente! Se escondieron avergonzados.

Dios Padre sabe exactamente dónde están, pero aun así pregunta: “Adán, ¿dónde estás?”. (Génesis 3:9). Él quiere preguntar: "¿Saben dónde están en relación conmigo y con ustedes mismos?" ¿Cómo respondió Adán a Dios? “Te escuché en el jardín; pero tuve miedo, porque estaba desnudo, así que me escondí” (Génesis 3:10). El Padre también te pregunta ahora: "¿Sabes dónde estás en relación conmigo y con tu prójimo?"

Cada vez que quebrantamos un mandamiento de Dios y cometemos un pecado a propósito, ¿no sentimos lo mismo? ¿No nos sentimos expuestos o “desnudos” como Adán y Eva? ¿No nos avergonzamos como ellos? ¿No queremos también escondernos para que nadie nos vea? ¿No nos volvemos “tan astutos” también, que pensamos en formas de desviar la culpa hacia algo o alguien más? ¿No negamos y mentimos incluso cuando nos atrapan con las manos en la masa?

Al desobedecer la voluntad de Dios, nos ponemos la “astucia” o “conciencia” de la serpiente. Nos volvemos siempre "conscientes" de nuestra vergüenza. Como una serpiente nos escondemos detrás de palabras de mentira.

Jesús viene a exponer esta mentira. Entra en el desierto para enfrentarse a su humanidad. “¿Qué vas a elegir, Jesús?” ¿Ser tan “astuto o desnudo” como la serpiente o ser tan “inocente y manso” como el Cordero?

A diferencia de la serpiente que muda su piel para rejuvenecer y engaña a la mente de las personas haciéndoles creer que puede vivir para siempre, el Cordero de Dios se permitirá ser “desollado vivo” y derramará Su sangre para morir por nosotros y por todos nuestros pecados. Será expuesto en público para que todos lo vean y sientan vergüenza. Sin embargo, Su Preciosa Sangre clamará al cielo y suplicará a Dios Padre que nos perdone. Su Sangre lo conquistará todo.

Acto de arrepentimiento

Echa un vistazo a un crucifijo. Observa y medita sobre la pasión y la vergüenza de Jesús.

Inhala…., di: “Señor Jesús”. Exhala..., di: "Lo siento mucho". Practica esto por hoy.

Oración

Oremos para que los sacerdotes examinen su conciencia diariamente y se confiesen regularmente.

Oh María, Reina de los Apóstoles: Ayuda a tus sacerdotes a hacer un examen de conciencia diario ya confesarse.

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