El viaje del Niño Jesús a Egipto.
El Hijo de Dios vino del cielo para salvar a la humanidad. Pero apenas nacido, comenzaron a perseguirlo hasta la muerte. Herodes, temiendo que este infante le quitara su reino, trató de matarlo. Entonces, en un sueño, un ángel le aconsejó a San José que llevara a Jesús y a su madre a Egipto. Al informar a María, José obedeció de inmediato. Se llevó consigo las herramientas de su oficio que tenía disponibles, para utilizarlas en el sustento de él y de su familia pobre mientras se encontraba en Egipto. María, por su parte, preparó una pequeña bolsa de ropa para el Santo Niño. Luego, acercándose a la cuna con lágrimas, le dijo a su hijo dormido: "Oh hijo mío y Dios mío, has descendido del cielo para salvar a la humanidad, pero apenas después de que naces, ya buscan quitarte la vida".
Esa misma noche, todavía llorando, tomó al niño Jesús y ella y José se pusieron en camino.
Piense en lo mucho que deben haber sufrido estos peregrinos solitarios mientras realizaban un viaje tan largo, privados de todas las comodidades. El bebé aún no podía caminar, por lo que María y José tuvieron que turnarse para llevarlo en brazos. Durante el viaje por el desierto de Egipto, su único lecho por la noche era la tierra desnuda al aire libre. El Niño lloró de frío, y José y María también lloraron de compasión por él. ¿Quién no lloraría, después de todo, al ver al Hijo de Dios, pobre y perseguido, vagando por la tierra para que sus enemigos no lo maten?
Afectos y oraciones
Comentarios