¡ImagÃnense a lo que Dios se ha reducido por amor a nosotros! ¡Dios, tropezando y cayendo mientras caminaba! ¡Dios, tartamudeando mientras hablaba!
¡ImagÃnese a Dios viviendo como un niño! ¡Dios barriendo el suelo! ¡Dios sudaba mientras cepillaba un trozo de madera! Y quien era el ¡El Dios todopoderoso, que con un simple asentimiento creó todo el universo, y que podrÃa destruirlo con la misma facilidad si lo deseara! ¿No deberÃa el mero pensamiento de esto mover nuestro corazón a amarlo?
Lamento mucho las muchas veces en el pasado que he desatendido tu amistad mientras satisfacÃa mis propios deseos. Ahora me arrepiento de todo corazón. De ahora en adelante, estarÃa dispuesto a morir mil veces antes que destruir mi relación contigo. Dios mÃo, no quiero ofenderte más. Quiero amarte siempre. Ayúdame a serle fiel por el resto de mi vida.
¡Dulce MarÃa! Eres el refugio de los pecadores. Eres mi esperanza.