Oh Señor,
La casa de mi alma es estrecha;
agrándalo para que puedas entrar.
Es ruinoso, ¡oh, repáralo!
Desagrada tu vista.
Lo confieso, lo sé.
Pero, ¿quién lo limpiará,
¿A quién clamaré sino a ti?
Límpiame de mis faltas secretas, oh Señor,
y perdona a tu siervo de pecados extraños.
~ San Agustín
Comments