top of page

Santo Dicho


Oh Señor,

La casa de mi alma es estrecha;

agrándalo para que puedas entrar.

Es ruinoso, ¡oh, repáralo!

Desagrada tu vista.

Lo confieso, lo sé.

Pero, ¿quién lo limpiará,

¿A quién clamaré sino a ti?

Límpiame de mis faltas secretas, oh Señor,

y perdona a tu siervo de pecados extraños.

~ San Agustín

bottom of page