LECTURAS DE LA MISA
Lectura del Santo Evangelio según Jn 6:44-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Éste es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”.
REFLEXIÓN
"Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida."
Es maravilloso ver cuánto nos ama Jesús, que se da a Sí mismo como alimento de nuestro cuerpo y alma para que podamos ir al Cielo.
Los sacerdotes católicos son los únicos que nos pueden traer este pan de Vida. De hecho, la celebración de la Eucaristía es la parte más importante del día y de la vida de un sacerdote:
Para los sacerdotes, la celebración de la Eucaristía es el momento más importante de cada día. Todas las demás actividades, de hecho todos los aspectos de su existencia sacerdotal, deben estar íntimamente conectados con la ofrenda del Santo Sacrificio. Aquí encontramos el corazón del sacerdocio y, de hecho, de toda la naturaleza sacramental de la Iglesia, como bien lo expresó el teólogo Joseph Ratzinger: "Para que un evento que ocurrió en el pasado se haga presente, las palabras deben ser pronunciadas : Esto es mi Cuerpo - Esta es mi Sangre. Pero en estas palabras se supone que habla el Yo de Jesucristo. Sólo Él puede decir estas cosas, son Sus palabras. Ningún hombre puede pretender declarar el Yo de Jesucristo como la suya. Nadie puede decir aquí que muchas comunidades pueden transmitir, sino que sólo puede fundarse en la autorización "sacramental" dada a toda la Iglesia por el mismo Jesucristo. [...] Y esto es exactamente la 'Ordenación Sacerdotal' y el 'Sacerdocio'". ~ El Sacerdote y el Cañón de la Ley
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