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Olivia M. Bannan

JUEVES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO, 15 DE DICIEMBRE DE 2022



Lectura del Santo Evangelio segun Lc 7:24-30


Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de él a la gente, diciendo: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con telas preciosas? Los que visten fastuosamente y viven entre placeres, están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, y yo les aseguro que es más que profeta. Es aquel de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Yo les digo que no hay nadie más grande que Juan entre todos los que han nacido de una mujer. Y con todo, el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él”.

Todo el pueblo que lo escuchó, incluso los publicanos, aceptaron el designio de justicia de Dios, haciéndose bautizar por el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los escribas no aceptaron ese bautismo y frustraron, en su propio daño, el plan de Dios.



REFLEXION

"No aceptaron ese bautismo y frustraron, en su propio daño, el plan de Dios."


Al comienzo de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, aprendemos que "El hombre fue creado para Dios". Sin embargo, el conocimiento de Dios no es suficiente. Muchos ateos saben acerca de Dios pero aún así lo rechazan. El fundamento de nuestra relación con Dios es tener un encuentro con Él, no solo con conocimiento, sino con seguirlo en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Jesús siempre nos está buscando. Es bueno, justo y nos conoce bien. Él está lleno de amor por nosotros y si nos acercamos a Él en arrepentimiento, Su amor perdona, olvida, reconcilia, perdona y salva. No guarda rencor, ni nos recuerda nuestras ofensas. Él nos juzga según lo que ve en nuestro interior. Él mira nuestro corazón, voluntad e intenciones. Nadie más puede. A medida que se acerca la Navidad, busque al Señor en la confesión y proclame el Evangelio de la Verdad a quienes nos rodean. Reflexiona sobre el maravilloso don de la vida, el don de la gracia de la vida divina que Dios nos ha dado. Con gratitud búscalo y reaviva tu relación con Él. Dios te bendiga

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