Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de él a la gente, diciendo: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con telas preciosas? Los que visten fastuosamente y viven entre placeres, están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, y yo les aseguro que es más que profeta. Es aquel de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.Yo les digo que no hay nadie más grande que Juan entre todos los que han nacido de una mujer. Y con todo, el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él”.
Todo el pueblo que lo escuchó, incluso los publicanos, aceptaron el designio de justicia de Dios, haciéndose bautizar por el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los escribas no aceptaron ese bautismo y frustraron, en su propio daño, el plan de Dios.
REFLEXIÓN
"Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino."
La Navidad está a solo unos días de distancia. Esperamos ansiosamente esta fecha y no podemos esperar a que termine el Adviento para poder comenzar a celebrar el nacimiento de Jesús.
En anticipación para esta fecha, decoramos nuestros hogares con árboles de Navidad, luces, belenes, medias, etc. Compramos regalos para compartir con nuestros seres queridos, e incluso somos más generosos con las causas benéficas durante esta época del año.
Mientras preparamos nuestros hogares para la Navidad, dediquemos unos minutos a la tranquila contemplación del Santísimo Sacramento. Para hacerle compañía. Centrarnos de nuevo en Jesús y no dejarnos arrastrar por las preocupaciones del mundo.
Acompañenos a meditar en este evento uniéndonos con nosotros a rezar la Novena de Navidad de San Alfonso que se encuentra en nuestro sitio web.
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