En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: ""Mujer, ahí está tu hijo"". Luego dijo al discípulo: ""Ahí está tu madre"". Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
REFLEXIÓN:
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Jesús no tenía miedo de la muerte, pero tenía miedo de morir, como se evidenció en el Huerto de Getsemaní. Él, mientras fue humillado y torturado en la Cruz, fue acompañado durante Su terrible coacción por Sus constantes y compasivos amigos y familiares; acompañándolo mientras agonizaba, amándolo hasta el final.
¿Dónde estaban todos sus seguidores? ¿Dónde estaban sus apóstoles y los otros discípulos? ¿Dónde estaban los que fueron bendecidos por sus milagros?
Todos se escondían ... excepto San Juan.
Su madre no dijo palabras. Ella le había dado la vida y ahora estaba sufriendo cuando él estaba entregando su vida.
Estemos junto a su Madre, acompañémosla en sus dolores y en el sacrificio de su Hijo para que podamos ser salvos.
Gracias, Madre María, por todo lo que has hecho por nosotros y por mostrarnos el poder del silencio.
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