En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?”
Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el esposo está con ellos? Mientras está con ellos el esposo, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos”.
REFLEXIÓN
“Entonces sí ayunarán."
¿Queremos una nueva y mejor relación con Dios? ¿Has tenido la extraordinaria sensación de ser liberado de una carga? ¿Queremos una vida mejor?
Entonces, ¡oren y ayunen!
La oración y el ayuno darán frutos a medida que nuestra relación con Dios fluya hacia nuestra relación con los demás.
Anna adoró, ayunó y oró. Jesús ayunó.
El ayuno se menciona en toda la Biblia. Jesús dijo que el ayuno era tan necesario como la oración (Mt 6:16). También afirmó que ciertos demonios no pueden ser expulsados sino con oración y ayuno (Mc 9,29) La Iglesia tiene días de ayuno durante la Cuaresma: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo.
San Antonio (el santo de hoy) llevó una vida monástica, ayunando y orando.
El ayuno es un medio para la santidad. Podría ser la abstinencia de alimentos, pero también puede incluir un ayuno de acción, pensamientos, alcohol, compras, hablar, pecado, redes sociales y malos hábitos, por nombrar algunos.
Las guerras y las catástrofes naturales se pueden prevenir mediante el ayuno y la oración. El ayuno como una forma de crecimiento espiritual no es tan popular como lo fue en una generación anterior. Sin embargo, es muy importante.
¿Aún no estás convencido de que uno deba ayunar?
Jesús dijo que mientras Él todavía estuviera aquí en la tierra, no había necesidad de que sus apóstoles ayunaran. Pero una vez que Él se fue, uno necesitaba ayunar para acercarse a Dios, cambiar o aliviar situaciones críticas.
Por la oración nos unimos a Dios. Al ayunar nos liberamos de las cosas mundanas y permitimos que Dios entre y cambie nuestros corazones y mentes.
¿Ahora que? El ayuno ayuda a nuestro autocontrol. Dominarnos y ponernos en las manos del Señor.
Es más fácil orar cuando ayunamos y ayunamos mejor cuando oramos.
Agradecer a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros.
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