MEMORIA DE SAN CARLOS BORROMEO, OBISPO, 04 DE NOVIEMBRE DE 2021

Sigismondo Caula, detalle de San Carlos Borromeo administrando el sacramento a las víctimas de la peste en 1576, óleo sobre lienzo, 1685. Modena, Galleria e Museo Estense

LECTURAS DE LA MISA

Lectura del Santo Evangelio según Jn 10:11-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: ""Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor''.

REFLEXIÓN

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas.

Se pueden decir muchas cosas buenas sobre San Carlos Borromeo. Fue un buen cardenal que se ocupó de la gente de Milán durante la plaga. Formó parte del Concilio de Trento.

El Concilio de Trento fue un sínodo de la Iglesia Católica que comenzó a reunirse en 1545 para reformar la Iglesia después de repetidos ataques de los protestantes. La reforma protestante comenzó en 1517. Uno de los frutos de este Concilio fue su influencia en las artes.

Antes del Concilio, los artistas, en concreto los pintores, se tomaban demasiadas libertades a la hora de expresar su arte. A veces representaban pasajes de la Biblia incorrectamente o eran demasiado laxos en sus pinturas.

Con la ayuda de teólogos, pintores como Caravaggio, El Greco y Carracci crearon obras maestras extremadamente inspiradoras que se colocaron en iglesias de toda Europa. Algunas de estas pinturas inspiraron el regreso a la Iglesia de muchos hugonotes, sobre todo el rey Enrique IV de Francia.

Un ejemplo de estas obras son tres pinturas de Caravaggio inspiradas en San Mateo. Empezó a pintar sobre el evangelista y dos veces fue rechazado. El primer cuadro se llama "San Mateo y el ángel". En él vemos a un ángel guiando la mano de San Mateo, anulando así el libre albedrío. La segunda pintura también fue rechazada. Esto se perdió durante la Segunda Guerra Mundial.

La tercera y última pintura se llama "La inspiración de San Mateo". En este podemos observar la diferencia entre las dos obras, donde el Ángel le habla a nuestro Santo sin agobiar. Fíjate cómo la luz viene de arriba, los colores de su túnica. etc.

La Contrarreforma en las artes ayudó a los fieles de finales del siglo XVI y principios del XVII a aprender pasajes de la Biblia admirando grandes obras de arte.

Sin la ayuda de sacerdotes y teólogos, nunca se hubieran creado estas obras de arte, patrimonio de la humanidad. Su trabajo habría reflejado "su" visión.

Verá, la gente del siglo XVI, al igual que hoy, estaba sacramentalizada, pero estaba mal catequizada. No como hoy en día. Con las grandes obras de arte de esta época, fueron evangelizados visualmente.

Hoy en día contamos con buenos pintores de Bellas Artes que se especializan en Imágenes Sagradas como Neilson Carlin o Krystin Brown. He visto varias obras de arte interesantes que representan principalmente retratos de santos.

Oremos para que estos artistas bien intencionados encuentren sacerdotes santos y bien educados que los guíen en su trabajo, para que muchas personas puedan ser evangelizadas visualmente, se comprometan y se enamoren de Jesús y su Iglesia como muchos lo han hecho a lo largo de los siglos gracias a estas hermosas piezas de Artis Divina.

¡Dios los bendiga a todos!