Lectura de la Epístola de San Pablo a 1 COR 4:6b-15
Hermanos: Si he hablado de Apolo y de mí, ha sido para que aprendieran con este ejemplo a no enorgullecerse de uno despreciando al otro, como ya se lo he escrito a ustedes. Pues, ¿quién te ha hecho superior a los demás? ¿Qué tienes, que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?
Conque ya están ustedes satisfechos, ya son ricos, ya han obtenido el Reino sin nuestra ayuda... Ojalá fuera esto verdad, para que también nosotros reináramos con ustedes. Porque me parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos trata como a los últimos de todos, como a gente condenada a las fieras, pues nos hemos convertido en todo un espectáculo para el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres.
En efecto, nosotros somos los locos a causa de Cristo y ustedes los sensatos en las cosas de Cristo; nosotros los débiles y ustedes los fuertes; nosotros los despreciados y ustedes los dignos de respeto. Hasta el presente pasamos hambre y sed, vamos pobremente vestidos y recibimos golpes; andamos errantes y nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Nos maldicen y nosotros les deseamos el bien; nos persiguen y los soportamos; nos calumnian y correspondemos con bondad. Nos tienen, incluso hasta el día de hoy, como la basura del mundo y el desecho de la humanidad.
Les escribo esto, no para avergonzarlos, sino para llamarles la atención como a hijos queridos. Pues aunque como cristianos tuvieran ustedes diez mil maestros, no tienen muchos padres, porque solamente soy yo quien los ha engendrado en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.
REFLEXIÓN
" Nos maldicen y nosotros les deseamos el bien;
nos persiguen y los soportamos; nos calumnian y correspondemos con bondad".
Cuando alguien me ridiculiza, calumnia o me menosprecia, lo primero que pienso es no bendecirlo, eso seguro. Sin embargo, hemos aprendido que cuando vamos por el mundo tratando de traer a Dios a nuestros lugares de trabajo, hogares, etc. son los que nos convierten, no al revés.
Nuestro principio PAPA, PSB (Orar, Servir, Bendecir), nos dice: "BENDECIR: Pase lo que pase, elegimos bendecir a todo ya todos, sean buenos o malos. Bendícelos a todos". (1)
¿Es fácil hacer esto? No del todo. Creo que está en nuestra naturaleza exigir justicia, especialmente por las injusticias que se nos hacen. La parte más difícil es que hemos hecho injusticias a otros, y que les hemos causado dolor. Que hemos lastimado a Dios y, sin embargo, Él todavía nos ama y nos perdona.
Sé que no puedo hacer esto por mí mismo, así que le pido a Dios que me ayude a bendecir a otros. Sobre todo cuando han hecho cosas malas a los demás, a mí. Y pídele que me ayude a recordar cómo Él me ha mostrado misericordia y amor, para que pueda aprender a ser amoroso y misericordioso con los demás.
¡Dios los bendiga a todos!
(1) Manual de PAPA, pagina 22
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