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MEMORIA DE SAN GREGORIO MAGNO, PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIA, VIERNES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2021

Maria Martinez

"Aprendan el Corazón de Dios de la Palabra de Dios."

(San Gregorio Magno, 540-604)



Salmo Responsorial Del Salmo 99


R. (2c) Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Alabemos a Dios todos los hombres,

sirvamos al Señor con alegría,

y con júbilo entremos en su templo. R.

R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Reconozcamos que el Señor es Dios,

que él fue quien nos hizo y somos suyos,

que somos su pueblo y su rebaño. R.

R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Entremos por sus puertas dando gracias,

crucemos por sus atrios entre himnos,

alabando al Señor y bendiciéndolo. R.

R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo,

porque es eterna su misericordia

y su fidelidad nunca se acaba. R.

R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.


REFLEXIÓN

”Bendigamos al Señor, porque él es bueno.”


A San Gregorio se le ha dado un lugar con Agustín, Ambrosio y Jerónimo, como uno de los cuatro doctores clave de la Iglesia occidental.


De un sermón de San Gregorio Magno:

Ezequiel, el profeta, fue referido por Dios como atalaya. Un "vigilante" es aquel que se posiciona en las alturas para poder ver desde la distancia lo que se acerque.

San Gregorio dijo que era un vigilante designado para la gente y que era él quien debería vivir una vida en las alturas, para poder ayudarlos realizando una amplia encuesta. Se reprochó a sí mismo porque no predicó como debería ni siguió su vida los principios que predicó de manera tan inadecuada.


Cuando era monástico, pudo callar la lengua y dedicarse a la disciplina de la oración. Sin embargo, en su papel de pastor su mente estaba distraída por muchas responsabilidades. Se reprendió a sí mismo por su laxa disciplina de su discurso y su equilibrio de decir lo que dictaba su conciencia frente a escuchar charlas sin rumbo por el bien de la meta de salvar sus almas.


Preguntó qué clase de vigilante era. No sentía que sus logros fueran su pináculo, sino que languidecía en las profundidades de su debilidad. Atribuyó todo a Dios, quien por la gracia permitió a san Gregorio ver la vida completa y el poder de hablar con eficacia. (1)


A su congregación dijo: "Estudien, les ruego, y mediten cada día en las palabras de su Creador. Aprendan el corazón de Dios en las palabras de Dios, para que anhelen más ardientemente la eternidad" (2).


(1) Sermón de San Gregorio, aplicación Universalis

(2) Magnificat


Oremos por nuestros sacerdotes, obispos y Papa para que sigan la Palabra de Dios y sean obedientes a Su gracia. Ore para que tengan el espíritu de sabiduría y el celo para ayudar a su rebaño a crecer en santidad. Oración de PAPA por los sacerdotes.


Dios te bendiga.


 

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