En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo: “Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos”. Después les impuso las manos y continuó su camino.
REFLEXIÓN
"y continuó su camino"
"En cuanto al hombre, sus días son como la hierba; florece como una flor en el campo. Un viento la barre y se va; su lugar ya no lo conoce. Pero la misericordia del Señor es de edad en edad, para con aquellos que le temen. Su salvación es para los hijos de los que guardan su pacto, y recuerden cumplir sus preceptos ". (Salmo 103: 15-18).
El mal en Auschwitz no podía dejar pasar la oferta del padre Maximiliano Kolbe de ocupar el lugar del hambre de Franciszek Gajowniczek. Diez hombres fueron condenados a morir en los búnkers de hambre, y el padre Kolbe nunca se quejó. Dos semanas después, todos habían muerto, pero Maximiliano Kolbe seguía vivo. Le dieron una inyección de ácido carbólico. Incluso en la muerte, su rostro estaba tranquilo y radiante. Pero san Maximiliano Kolbe no "se fue". Tantos presos vieron su acto de valentía y amor y comentaron cómo "les dio esperanza, nueva vida y fuerza".
La mayoría de nosotros, como dice el Salmo, "nos iremos cuando el viento nos azote" para nunca ser recordados. Pero no Maximiliano. San Maximiliano Kolbe a la edad de 12 años se comprometió a la pureza y a convertirse en mártir. Se dedicó a María (la Inmaculada) la Madre de Dios y escribió extensamente sobre ella. Formó la Milicia de Caballeros de la Inmaculada. Se había propuesto llegar a todas las naciones con respecto a la Inmaculada y enseñar a todas las naciones acerca de Jesús hasta que fue arrestado por los nazis.
Que podamos, en nuestras cortas vidas, dar a la gente esperanza, nueva vida y fuerza. Nuestros sacerdotes han dedicado sus vidas precisamente a eso. Que sean recordados por las muchas almas que salvan.
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