En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce para que se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran el poder de expulsar a los demonios.
Constituyó entonces a los Doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir “hijos del trueno”; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó.
REFLEXIÓN
"Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron."
Santa Inés de Roma nació en el año 291 D.C. y se crió en una familia cristiana. Inés era muy hermosa y pertenecía a una familia rica. Su mano en matrimonio era muy buscada y muchos hombres de alto rango la perseguían. Sin embargo, Inés hizo una promesa a Dios de nunca manchar su pureza. ¡Su amor por el Señor era grande y odiaba el pecado aún más que la muerte!
Cada vez que un hombre deseaba casarse con Inés, ella siempre decía: "Jesucristo es mi único Esposo".
Según la leyenda, los jóvenes a los que rechazó se enojaron tanto e insultaron por su devoción a Dios y su pureza que comenzaron a presentar su nombre a las autoridades como seguidora cristiana.
En un incidente, Procopio, el hijo del Gobernador, se enojó mucho cuando ella lo rechazó. Trató de ganarla para su esposa con ricos regalos y promesas, pero la hermosa joven seguía diciendo: "Ya estoy prometida al Señor del Universo. Él es más espléndido que el sol y las estrellas, y Él ha dicho que Él nunca me dejará!"
Con gran ira, Procopio la acusó de ser cristiana y la llevó ante su padre, el Gobernador. El gobernador le prometió a Inés regalos maravillosos si ella solo negaba a Dios, pero Inés se negó. Trató de hacerla cambiar de opinión encadenándola, pero su hermoso rostro brillaba de alegría.
Luego la envió a un lugar de pecado, pero un Ángel la protegió. Finalmente, fue condenada a muerte. Incluso los paganos lloraron al ver morir a una niña tan joven y hermosa. Sin embargo, Inés estaba tan feliz como una novia el día de su boda. No prestó atención a quienes le suplicaban que se salvara. "Ofendería a mi Esposo", dijo, "si tratara de complacerte. ¡Él me eligió primero y me tendrá!" Luego rezó e inclinó la cabeza para recibir el golpe mortal de la espada.
Murió virgen mártir a la edad de 12 o 13 años el 21 de enero de 304.
Santa Inés es ampliamente conocida como la santa patrona de las jóvenes. También es la patrona de la castidad, de las sobrevivientes de violación y de los Hijos de María. A menudo se la representa con un cordero, símbolo de su inocencia virginal, y una rama de palmera, como otros mártires.
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