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Foto del escritor Olivia M. Bannan

MIÉRCOLES DE CENIZA, 02 DE MARZO DE 2022



Lectura del Santo Evangelio según Mt 6:1-6, 16-18


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.


Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.


Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.


Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará’’.


REFLEXIÓN

"Y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará."

El miércoles de ceniza para mí es un día particularmente solitario. Es un momento en el que tengo que mirarme a mí mismo, a mi vida espiritual, y ser brutalmente honesto. ¿Es esto lo que quiero ser cuando llegue el momento de irme a casa? Nadie me puede acompañar con esto. Soy yo y Dios: mi creador, Aquel que me ama con un amor eterno, que se deleita en mí y que murió por mí para que yo pueda llegar a ser como Él.


Me prometió que nunca me dejaría. Y creo que Él siempre está a mi lado. Pero, ¿he estado a su lado?


La Cuaresma es un tiempo para hacer penitencia, un tiempo para visitar nuestro pasado no con condenación o acusaciones, sino un tiempo para ver cuán seriamente enamorado estoy de Dios. Es tiempo de purificar mi alma y empezar de nuevo. Es un tiempo para recordarme esta corta vida y que yo no soy nada.


¡¡Todos mis logros mundanos son Nada!! Eso es lo que nos recuerdan las cenizas: sin Dios, todo lo que queda de mí es un montón de polvo.


Los católicos, con la práctica, lo dominamos. Tantos rosarios, tantas confesiones, tantas misas, etc. Pero, ¿realmente lo que hacemos para acercarnos a Dios cumple nuestro propósito? ¿Nos ha cambiado? ¿Puedo volver a Dios con todo mi corazón, abandonando el pecado por la vida y la alegría?


¿Sigo siendo intolerante con las personas, guardo rencor, me cuesta amar a los que no me aman, digo palabras hirientes? Y muchas más razones para no caminar con Dios.


¿Puedo vivir como Él espera que viva? Otra Cuaresma y otro intento. Que bueno es Dios que nos regala un retiro de Cuaresma de 40 días para que sepamos quién es nuestro maestro. ¿Pecado o Dios?


Oren no solo por nosotros sino también por nuestros vecinos y nuestros sacerdotes que nos ayudan a llevarnos a casa con Dios en el ejemplo, la predicación, la reconciliación y la Sagrada Eucaristía.


Con el corazón contento espero días de confesión, penitencias, ayunos, limosnas y mortificaciones de desinterés, humildad y escucha.


EL PENSAMIENTO DEL DÍA


Es tiempo de Esperanza y cambio!! Esta Cuaresma confiemos en la bondad del Señor y sepamos que Él no tiene nada más que amor por nosotros. Abracemos con alegría su amor y ofrezcamos nuestro primer día de ayuno por todos los que están atrapados en las trampas del pecado.


"Ten piedad, oh Señor, porque hemos pecado". (Salmo /51)


Dios te bendiga.



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