MIÉRCOLES DE LE V SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, 09 DE FEBRERO DE 2022

LECTURAS DE LA MISA

Lectura del Santo Evangelio según Mc 7:14-23

En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”.

Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: “¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?” Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.

Luego agregó: “Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”.

REFLEXIÓN

"Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre.”

"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días: oráculo del Señor O pondré mi ley dentro de ellos y la escribiré en sus corazones, Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo". ......."porque perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado". (Jeremías 31:33-34)

Dios nos conoció antes de que fuéramos formados. Él plantó Su ley en nuestros corazones en la creación.

Pero tenemos dentro de nuestros corazones: malos pensamientos, fornicación, robo, asesinato, adulterio, avaricia, malicia, engaño, libertinaje, envidia, blasfemia, arrogancia e insensatez.

Subconscientemente sabemos lo que está bien y lo que está mal, pero a veces necesitamos domar nuestro corazón, despertar y ver nuestros defectos como lo que son. A veces, un predicador, maestro o padre despierta ese profundo subconsciente.

Seamos ahora lo que nos gustaría ser en la hora de nuestra muerte. San Ignacio de Loyola dijo una vez: "Son muy pocas las personas que se dan cuenta de lo que Dios haría de ellas si se abandonaran en sus manos y se dejaran formar por su gracia".

Confiémonos totalmente en Dios, el hacedor de milagros, el restaurador de la vida, el Redentor de nuestras almas; Él tiene un amor eterno y misericordioso por nosotros.

Agradezcamos a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros.

Dios te bendiga.