Oh Santo Cura de Ars, tus preciosos restos están contenidos en un magnífico relicario, la donación de los sacerdotes de Francia. Pero esta gloria terrenal es solo una imagen muy pálida de la gloria inefable que estás disfrutando con Dios. Durante el tiempo que estuviste en la tierra, solías repetir en tus horas de abatimiento, 'una descansará en la otra vida.' Está hecho, estás en paz eterna y felicidad eterna.
Deseo seguirte algún día. Hasta entonces, te escucho decirme:
"Deberías trabajar y luchar mientras estés en el mundo".
Enséñame entonces a trabajar por la salvación de mi alma, a difundir las buenas nuevas y el buen ejemplo y a hacer el bien a los que me rodean para que reciba la felicidad de los elegidos contigo.
Santo cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Reza por mí durante esta novena especialmente por ... (menciona en silencio tus intenciones especiales).
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