"El tiempo que dedica a la oración es el tiempo más importante en la vida del sacerdote, en el que la gracia divina actúa con mayor eficacia, haciendo fecundo su ministerio. El primer servicio a prestar a la comunidad es la oración. Y, por tanto, el tiempo de oración debe ser tener verdadera prioridad en nuestra vida ... si no estamos interiormente en comunión con Dios, ni siquiera podemos dar nada a los demás. Por eso, Dios es la primera prioridad. Debemos reservar siempre el tiempo necesario para estar en comunión de oración con Nuestro Señor."
~ Papa Benedicto XVI
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