"Apelo especialmente a las familias. Que los padres, en particular las madres, sean generosos al entregar a sus hijos al Señor cuando los llama al sacerdocio. Que colaboren con alegría en su camino vocacional, comprendiendo que así irán aumentando y profundizando su fecundidad cristiana en la Iglesia y que, en cierto sentido, experimentarán la bienaventuranza de María, la virgen madre: "Bienaventurados vosotros entre mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!" (Lk. 1:42)"
~ St. John Paul II
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