En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
“Dichosos los pobres de espíritu,porque de ellos es el Reino de los cielos.Dichosos los que lloran,porque serán consolados.Dichosos los sufridos,porque heredarán la tierra.Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,porque serán saciados.Dichosos los misericordiosos,porque obtendrán misericordia.Dichosos los limpios de corazón,porque verán a Dios.Dichosos los que trabajan por la paz,porque se les llamará hijos de Dios.Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.
REFLEXIÓN
"Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos."
El Señor es nuestra herencia. Dios nos mostró el camino de la vida y los santos optaron por seguirlo. Las bienaventuranzas se practicaban a diario. Caminaron sin culpa, hicieron lo correcto y dijeron la verdad desde el corazón.
Hay vida, muerte y resurrección. La gran mayoría de los santos en el cielo no tienen un día específico para celebrar su vida y su trabajo. Hay muchos de esos santos que, a través de su obediencia a Dios, la caridad y la fe, ahora disfrutan de la compañía de la Divina Presencia.
La práctica católica en el Día de Todos los Santos celebra a todos aquellos que han entrado al cielo, y por sus ejemplos, escritos, vidas santas e intercesiones milagrosas son reconocidas por la Iglesia.
El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, la atención se centra en santos conocidos reconocidos en el canon de los santos en la Iglesia Católica. Es un día santo católico de obligación, lo que significa que todos los católicos deben asistir a misa ese día.
Fue iniciado formalmente por el Papa Bonifacio IV, quien consagró el Panteón en Roma a la Virgen María y a todos los Mártires el 13 de mayo del 609 d.C. Boniface IV también estableció el Día de los Difuntos, que sigue a Todos los Santos. El día santo fue finalmente establecido el 1 de noviembre por el Papa Gregorio III a mediados del siglo VIII como un día dedicado a los santos y sus reliquias. Posteriormente se abandonó la celebración del 13 de mayo. Fue el Papa Gregorio IV quien decretó que fuera un Día Santo de Obligación el 1 de noviembre.
Nuestra felicidad radica solo en Dios. El es el premio. Hoy conmemoramos a los santos canonizados. Al hacerlo, que estemos inflamados por su ejemplo y, a su vez, anhelemos estar unidos con Dios.
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