Cuando amamos, lo hacemos instintivamente sin ninguna preocupación por nosotros mismos, los sacrificios que hacemos y las luchas soportadas. Nos abandonamos a los que amamos y velamos por ellos, para que crezcan conociendo y amando a Dios, ciudadanos respetuosos de la ley, honestos y solidarios. Nosotros velamos por ellos, sin dudarlo. Los asesoramos y asesoramos cuando es necesario corregir un mal. No hacemos lo que hacemos por nuestros seres queridos por aplausos, para ser alabados o para ser notados. De hecho, la mayorÃa de las veces pasamos desapercibidos, en un segundo plano. Pero estamos ahÃ!! Lo que hacemos es puramente por amor y el deseo de que lleguen al cielo.