En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en todo el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.
REFLEXIÓN
Esta es una de mis lecturas del Evangelio favoritas. Recuerdo haber escuchado esta lectura cuando era una niña y en realidad salí y medité sobre la maravilla de Dios y cuánto debe amar todo lo que Él hizo.
Vivimos en una granja a lo largo de mi vida joven. Mientras mi padre trabajaba para ganarnos la vida, los tiempos estaban llenos de dificultades y no mucho dinero. Mi padre tenía vacas, cerdos, gallinas y también trabajaba la tierra cultivando maíz, maní, maíz y muchos otros cultivos para ayudar a mantener la granja en crecimiento.
Esto nos dio a los niños una amplia oportunidad para ayudar y pasar tiempo al aire libre con las hermosas criaturas de Dios. Recuerdo haber pensado que Dios cuida de los animales de granja a través de nosotros, pero ¿qué pasa con las aves y los animales salvajes? Esta lectura del Evangelio me abrió los ojos. Dios provee. Entonces me habló al corazón, y todavía me habla hoy como adulto. Cuando éramos niños, aunque no teníamos mucho en cuanto a ropa y cosas materiales, nos teníamos el uno al otro.
Vi de primera mano, la maldad de querer más destrozar a nuestra familia. Si hay algo que aprender de mi vida, diría, sin duda, ¡“Buscad primero el Reino de Dios”! Siempre pon a Dios primero y permítele ser Dios.
Amo tanto a Dios mi Padre. Desde que soy parte de PAPA, he aprendido mucho acerca de mi Padre que está en los cielos. Tenemos tantas oportunidades para aprender y crecer. Este Apostolado es tan necesario hoy, para orar por nuestros sacerdotes. Gracias Dios nuestro Padre del Cielo por el don de la Fe y el don del sacerdocio. Los sacerdotes son nuestra conexión con Dios ya que nos traen la Sagrada Eucaristía. En este Evangelio, Él nos dice: "Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura". Oremos por nuestros Sacerdotes mientras buscamos primero el Reino de Dios. La Oración de PAPA por los Sacerdotes.
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