En aquel tiempo, mucha gente se había reunido alrededor de Jesús, y al ir pasando por los pueblos, otros más se le unían. Entonces les dijo esta parábola:
“Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al ir sembrando, unos granos cayeron en el camino, la gente los pisó y los pájaros se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, y al brotar, se secaron por falta de humedad. Otros cayeron entre espinos, y al crecer éstos, los ahogaron. Los demás cayeron en tierra buena, crecieron y produjeron el ciento por uno”. Dicho esto, exclamó: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”
Entonces le preguntaron los discípulos: “¿Qué significa esta parábola?” Y él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer claramente los secretos del Reino de Dios; en cambio, a los demás, sólo en parábolas para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
La parábola significa esto: la semilla es la palabra de Dios. Lo que cayó en el camino representa a los que escuchan la palabra, pero luego viene el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espinos representa a los que escuchan la palabra, pero con los afanes, riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto. Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia’’.
REFLEXIÓN:
"(La Palabra) la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto,
y dan fruto por su constancia”
En el Salmo 126 se nos dice: "Sin el Señor, en vano trabajamos".
El Señor nos da muchos dones; Él es la fuente de toda nuestra alegría. Sin embargo, ¿arrojamos Su Palabra al viento?
Conocer los mandamientos no significa que no andemos con personas malvadas, ladrones, chismosos o adúlteros. Si el domingo recibimos la buena semilla de la salvación, pero esa noche nos hemos calumniado o nos hemos puesto irritables e impacientes o hemos atropellado a la gente, entonces, ¿quiénes somos?
Lo que hacemos en el exterior revela si la semilla de Dios aterrizó en el camino, la roca, los espinos o la tierra fértil.
Que podamos atender a la Palabra en nosotros sin oprimir, robar o mentir. Sino respetando, dando gracias y alabando, alimentando y ayudando a los pobres y oprimidos.
Toda la buena semilla ciertamente morirá si permitimos que sea robada y no permitimos que crezca. Sin embargo, Dios es tan bueno, que en esta peregrinación se nos dan muchas oportunidades, así que mantente alerta para no caer en la tentación sino evitar toda ocasión de pecado.
Oramos por todos nuestros sacerdotes ya que este es nuestro llamado. Oramos los unos por los otros, ya que esa es nuestra filosofía y bendición.
Dios no se complace en nuestra contaminación o muerte. Así que perseveremos en permitir que la Palabra de Dios crezca en nosotros.
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