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Foto del escritor Olivia M. Bannan

VIERNES DE LA XIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, AGOSTO 13, 2021



Lectura del Santo Evangelio según Mt 19:3-12


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerle una trampa: “¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?”

Jesús les respondió: “¿No han leído que el Creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo: ‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola cosa? De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Pero ellos replicaron: “Entonces ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella?”

Jesús les contestó: “Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la divorciada, también comete adulterio”.

Entonces le dijeron sus discípulos: “Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”. Pero Jesús les dijo: “No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo”.


REFLEXIÓN

De modo que ya no son dos, sino una sola cosa.

Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.


En el Antiguo Testamento, el divorcio era común. Pero Jesús aprovechó la pregunta planteada para atraparlo y reafirmó la esencia y la dignidad del matrimonio. Los puntos que hizo:

Dios creó al hombre y a la mujer.

Dios esperaba que el hombre y la mujer dejaran a su madre y a su padre.

Únete y los dos se vuelven uno.

Con Dios uniendo al esposo y la esposa, ningún hombre debería separarse.

Quien se divorcia de su esposa (a menos que el matrimonio fuera ilegal) y se casa con otra, comete adulterio.

Así habló el Señor. El matrimonio es para siempre y es una unión inquebrantable de dos vidas.


Pero, ¿qué puede hacer que un matrimonio sea ilegal? Falta de compromiso, malas intenciones o problemas profundos no conocidos antes del matrimonio, matrimonio anterior, incapacidad física para consumar un matrimonio, demasiado joven, forzado a casarse, enfermedad mental grave no conocida antes del matrimonio y escapar de un hogar abusivo son algunos ejemplos.


La intimidad de la vida y el amor fue establecida por el Creador. Desafortunadamente, hoy en día existen muchas variaciones del matrimonio, todas impuestas por humanos, y hay leyes que discriminan a quienes defienden la santidad del matrimonio como Dios lo diseñó.


Dios, que es amor, creó al hombre por amor. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios que llama al hombre al amor. El matrimonio es una vocación o un don de Dios y, por tanto, adquiere un significado sobrenatural. Es nuestro deber tener respeto mutuo por nuestro cónyuge, alegría, preocupación por sus necesidades y por amor conyugal tener una familia.


Tenemos derecho a defender el matrimonio: su santidad. Debemos hablar cuando lo vemos retratado de manera perversa, o el comportamiento escandaloso se convierte en la norma, o el matrimonio es redefinido por las leyes civiles.


Pero Jesús también afirma el don del celibato y la virginidad. Esta entrega total y completa a Dios tiene la gracia necesaria para vivir una vida feliz: Comprometerse solo con Dios con un corazón indiviso.


Catecismo Católico de la Iglesia Católica 1601-1666

Catholic.com


Dios te bendiga

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