En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”
Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.
REFLEXIÓN
“¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos?”
Cuando el mejor amigo de mi papá venía a cenar, todos estaban felices de ver al "Tío Poncho". Trajo regalos y habría tantas delicias en la mesa del comedor. Aunque no comíamos estos alimentos con regularidad, cuando él estaba cerca, comenzó el banquete.
Imagina estar alrededor de Jesús: cocinando, comiendo, riendo y teniendo discursos en la mesa. ¿Recuerdas a Marta y María y su casa? Imagina a Jesús esperándote como lo prometió muchas veces. Él quiere que nos reclinemos a la mesa y nos atiende. Y nos daríamos un festín sin necesidad de tener que ayunar o pasar hambre. Porque Él estaba presente.
¿Cómo no estar gozoso en la presencia del Señor? ¿Cómo puede uno decir "No" cuando Él nos da Su amor y quiere que lo amemos de vuelta?
Hoy, ¿ayunamos o festejamos? Ayunamos para negarnos a nosotros mismos y vaciarnos de todas las cosas materiales y llenarnos de la Palabra de Dios, la Misa y la Adoración. Jesús nos da diariamente Su Palabra, Su Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad en la Sagrada Eucaristía y espera que abramos la puerta y entremos a la Capilla de Adoración. Abunde la fiesta de las gracias para nosotros y Su Santa Iglesia. Sólo tenemos que decir: "Aquí estoy".
Comments