En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano.
No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón”.
REFLEXIÓN
"La boca habla de lo que está lleno el corazón"
No tenemos control sobre nuestra composición genética. Nuestras familias trabajan en nuestro carácter y moral y los frutos de su arduo trabajo se ven en nuestro pensamiento, habla y forma de actuar.
Tenemos control personal y final sobre cómo vivimos nuestras vidas y quiénes queremos ser.
Cuando se ponga a prueba sabremos qué y quiénes somos. ¿Mentimos cuando estamos atrapados en un aprieto? ¿Resentimos la corrección? ¿Hacer pucheros o albergar mala voluntad y quitarnos los dones que Dios nos ha dado para compartir con todos si no nos salimos con la nuestra?
¿Tratamos de ser el centro de la actividad? ¿Agradecemos a Dios suficientes veces durante el día?
¿Puede la gente ver a Jesús en nosotros?
Cuando somos conscientes de nuestros pecados y faltas, pero somos constantes y firmes en la Palabra de Dios, entonces podemos, gracias a Jesús, ser victoriosos sobre el aguijón de la muerte.
La oración, Inspira a Jesús, las obras de misericordia, la Misa diaria, la adoración diaria, el rosario diario y la Coronilla de la Divina Misericordia son algunas formas de nutrir y hacer crecer el carácter y la moral. El autoexamen de cada encuentro a lo largo del día ayudará a almacenar bondad en nuestros corazones “porque de la plenitud del corazón habla la boca”.
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