En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?” (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: “¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos!Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”.
Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”.
REFLEXIÓN
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos!
Dios le dio los mandamientos a Moisés para que el pueblo tuviera una guía para vivir sus vidas. Y Moisés nos recuerda: "Porque, ¿qué gran nación hay que tenga dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, cuando lo invocamos?
En Santiago, se nos instruye que Dios nos dio la palabra de verdad para que pudiéramos acoger con humildad la palabra que ha sido plantada en nosotros y que puede salvar almas. Debemos ser hacedores de la palabra, vivir la palabra en nuestras vidas y no engañarnos a nosotros mismos creyendo que el "servicio de labios" será suficiente en nuestra salvación.
Y finalmente el amado Señor, a través de Isaías recuerda a los fariseos que Él vive en el corazón de las personas y es en esto que honraremos a Dios.
El manual de PAPA establece que para obtener sabiduría (Jesús es la sabiduría de Dios), Oramos, Servimos y Bendecimos (OSB). Y para servir lo hacemos con Oración, Palabra y Obra. (OPO). Debido a que Él se hizo humano, el Dios encarnado, Jesús, podemos invocar Su nombre y podemos llamarlo a nuestros corazones.
En el librito de PAPA Ultra Secreto III se nos dice que si queremos ser salvos, debemos llamar Su Nombre, si queremos entrar al Reino de los Cielos, debemos llamar Su Nombre, si queremos vivir para siempre en Amor Santo, debemos llamar Su Nombre, si queremos el Reino celestial de Jesucristo que vendrá a esta tierra ahora mismo, invocamos Su Nombre y si queremos que Jesús sea el Señor Dios de nuestra vida y la vida de todos los seres humanos, invocamos Su Santo Nombre.
Amado Señor, oro para que toda contaminación en mí sea reemplazada por el poder salvador del Santísimo Nombre.
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