En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.
Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener”.
REFLEXIÓN
" Los que entren puedan ver la luz"
Con luz podemos entrar en una habitación, caminar de noche y estar pendientes de quién está cerca de nosotros.
Con la luz de Jesús nuestra fe ve lo que es actual y real. Con fe podemos ver más y no caminar en la niebla. La fe ve la realidad de la victoria de Cristo que no podemos percibir con nuestros sentidos ni comprender con nuestro intelecto.
Su luz es más poderosa que la oscuridad más profunda. Es más poderoso que el diablo. Jesús conoce los secretos de nuestro corazón. Él es la luz de la verdad que puede llenar nuestros corazones. Nuestras almas esperan Su ayuda.
Todos nuestros esfuerzos deben dirigirse a llevar la Palabra de Dios a muchos y orar por los sacerdotes que llevan el Cuerpo y la Sangre de Cristo a todos. Dios proporcionará todo lo necesario: dinero, salud, voluntarios necesarios, oportunidades y tiempo.
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